
El tiempo nos enseña que los seres humanos estamos en constante cambio, y por ende nuestro entorno se va modificando junto con nosotros, pero... ¿Cómo hace una empresa para seguir el ritmo de estos cambios individuales?
A través de diferentes experiencias hemos visto que el viejo paradigma donde la gente tenía que adaptarse a su empresa y a su lugar de trabajo fue quedando atrás hasta llegar hoy a la conclusión de que es justamente la posición opuesta la que rige el ritmo de los espacios de trabajo.
La visión de change management hoy más que nunca ha avanzado transversalmente a todas las empresas y se ha posicionado como una de las habilidades más requeridas a la hora de plantearse objetivos, nuevos desafíos, inclusive a veces hasta cambiar totalmente el modelo de negocio para subsistir y salir adelante.
Hoy, el conocimiento del factor humano que cada compañía tiene es su valor más preciado, y de ello dependerá su futuro.
Desde nuestro lugar, en RRHH, tenemos la obligación de entender esto como un nuevo paradigma que vino para quedarse y cuidar este tesoro que a veces al ser intangible se convierte en un desafío constante.
Lo que nos enseñó el Home Office
Después de haber pasado mucho tiempo en modo “home office”, tenemos que poner en práctica toda la creatividad para volver a generar sentido de pertenencia e inclusive retomar el valor de la oficina como espacio imprescindible para desarrollar nuestras habilidades social-afectivas.
Cada empresa es un pequeño mundo que se irá acomodando nuevamente a la realidad; dependiendo de la rapidez con que sus líderes se adapten y entiendan cómo sobrellevar esto, se verán los resultados en la “vuelta al ruedo” y también en la productividad de cada negocio.
No es casual que en el área de RRHH veamos, por ejemplo, que las encuestas muestran la tendencia de la gente cuando elige en qué tipo de oficina le gustaría trabajar: Google y Mercado Libre. Por lo tanto, hoy las empresas necesitan adaptarse a ese modelo, necesitan acompañar el cambio que el valor humano va imponiendo en su movimiento… de lo contrario iremos perdiendo no solo nuestro core, sino también de a poco, la esencia de cada negocio hasta desaparecer.
Tenemos un desafío sumamente atractivo si logramos ver esa puerta imaginaria que nos guiará al éxito: cuando podamos decodificar las virtudes que cada empresa tiene y las transformamos en valores compartidos, automáticamente lograremos la cohesión necesaria para dar identidad, marcar el rumbo de cada organización y volver a reinventarnos no solo para atravesar una pandemia sino cualquier crisis que tengamos que enfrentar.
por Connie Jurschan, Gerente de Administración & RRHH en Intro Arquitectura